Lo que parecía increíble ya está ocurriendo, el dentista solitario que trabaja en su clínica de toda la vida está desapareciendo. Los dentistas jóvenes no quieren abrir sus propias clínicas y las sociedades dentales, con gestores que no son odontólogos proliferan. España fue un país pionero en este tipo de negocio y ya va siendo hora que empecemos a aceptarlo.
En EEUU, los dentistas solitarios desaparecen del orden de 7 a 10% cada año mientras que las sociedades aumentan en un 15 %. En el año 2030 tendrán el 50 % del mercado. Otro tanto ocurre en España pero con mayor aceleración, ya que la plétora de dentistas que egresan cada año hace imposible que un dentista pueda montar su propia clínica y compita con una sociedad dental.
Una de las principales causas de la desaparición de los dentistas solitarios o de clínicas propias es el cambio de tendencia de los consumidores, a los que todavía se les llama pacientes. Los consumidores viven en la era digital y es lo que ha cambiado. Quieren acceso inmediato al tratamiento, precios muy claros y correctos, transparencia en la información, conveniencia y eficiencia en el trato y el servicio. Desean transacciones fáciles, tanto en la financiación como en el pago o las citas programadas. No quieren una relación personal con el dentista sino una seguridad y confianza con una entidad que les proporcione estos servicios, como una tienda de Zara. Quieren saber todos los procedimientos que se van a llevar a cabo con total acceso y transparencia. Estar mejor informados.
Las sociedades dentales manejan mucho mejor la complejidad actual de la odontología, tanto a nivel de tratamientos como en la gestión económica y empresarial de la consulta. Los tratamientos de odontología son muy complejos de gestionar para que un dentista solitario ofrezca un buen servicio a todas las demandas de los consumidores. Puede que el solitario realice muy buenas endodoncias, pero el resto de los tratamientos los tiene que derivar a otros dentistas especialistas solitarios, donde también se establece una relación personal que el consumidor ya no quiere. Los consumidores quieren que todos los servicios estén en la misma clínica, sin tener que establecer mas lazos con otros solitarios especialistas. Además, estos solitarios en muchas ocasiones intentan echar sus garras sin ningún tipo de ética, al paciente/consumidor, muchas veces por la necesidad de pagos urgentes.
Pero la causa mas importante del cambio es la relación entre dentista y paciente ha pasado a ser una relación entre un consumidor y un dador de servicios. Si bien antaño cuando todavía los dentistas eran médicos esta relación tenía su razón de ser. Hoy en día el odontólogo es un dador de servicios y así lo reconoce la Unión Europea en cuanto las prótesis y alineadores que ofrece ya no son un producto de fabricación a medida sino un servicio. En las relaciones personales siempre se establecen relaciones de transferencia y los tratamientos cuando se terminan se sienten como pérdidas o duelos. Los pacientes están cansados del dolor a la pérdida de la relación. Por eso es mucho mas cómoda una relación de servicios.
¿Cómo acceden los consumidores en España al dentista de sociedad o solitario ? La mayoría de las veces es por el boca a boca. La web digital solo sirve para afirmar los servicios que demandan. Y el boca a boca también funciona para las sociedades. Hay multitud de sociedades dentales en España que no se publicitan y tienen su cartera llena de clientes, sí de clientes.
Puede que sea este uno de los últimos post que firmo como dentista solitario. Los próximos serán como sociedad. Después de vivir tanto tiempo en mi castillo, solo me queda el ego de ser el señor feudal. Los tiempos cambian y lo mas importante es el servicio al cliente.
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