El titular parece un clickbait pero tiene su porqué. No cabe duda de que la marca Invisalign continúa su expansión imparable por el mundo de la odontología, pero empieza a manifestarse sus cisnes negros. Un suceso que no se podía prever por la marca era la posibilidad de que su tecnología fuera fácilmente asequible a los dentistas en general.
Cuando en el año 1997 salió al mercado la marca Invisalign, el proceso productivo para fabricar alineadores necesitaba maquinaria muy cara y un alto porcentaje de trabajadores para poder llevar a cabo su estrategia comercial. Para imprimir los modelos de cada movimiento programado por su software de ortodoncia, era imprescindible una máquina que en aquel entonces rondaba los 200.000 €. Para termoformar y recortar las planchas termoformadas sobre los modelos impresos por estereolitografía, se necesitaban otras máquinas complejas de CNC para conseguir un terminado acorde con las longitudes requeridas del alineador. La resina utilizada en grandes cantidades y los plásticos tecnológicos requeridos salían relativamente baratos por la economía de escala, pero eran y son provenientes del petróleo.
Hoy en día los procesos de impresión en 3D son asequibles a todo el mundo, incluso han mejorado muchísimo con respecto a los primeros días de Invisalign. Por ejemplo, una impresora con pantalla LCD, que mejora la calidad de la estereolitografía, puede costar unos 170 €. Las termoformadoras pueden tener un costo de 180 € y una recortadora automática de CNC puede valer unos 3000 € aunque se pueden recortar a mano y que este aparato es para una gran producción de alineadores, mas de 1000 al día. Lo expuesto era una gran cisne negro que Invisalign no podía prever.
El otro cisne negro que está por llegar es la posibilidad de limitar la fabricación de plásticos derivados del petróleo como el poliuretano que usa Invisalign y sustituirlo por otra resinas mas sostenibles como las resinas directas bioplásticas, que actualmente ya han aparecido en el mercado. Las resinas directas bioplásticas pueden aligerar el procesos de producción en cuanto no se necesitan resinas para los modelos y planchas para termoformar los alineadores. Si pensamos que Invisalign fabrica mas de un millón y medio de alineadores de poliuretano al día, la cantidad de energía consumida y sin un servicio especial de recogida y reciclado de plásticos, la contaminación del medio ambiente que produce esta compañía, alcanza términos mayores que cualquier país del tercer mundo.
Algo que sí previeron fue la posibilidad de que el software fuera de uso común en pocos años, que fue el motivo que lo protegieran con multitud de patentes que no expiraron hasta el 2017. A partir de ese año fueron apareciendo multitud de softwares de movimientos para ortodoncia como el ArchForm que es el que usamos nosotros. Los nuevos softwares son muy fáciles de adquirir por los dentistas además de que algunos de ellos son de pago por servicios. Otra cosa es que sean fáciles de usar o por lo menos que el dentista se implique en el aprendizaje del software.
En los próximos años aparecerán los resultados de los dentistas como nosotros que usen este tipo de softwares y fabricación en la clínica diaria. Estimulará a que los dentistas den el paso adelante, con todas las ventajas que supone no depender de una compañía que usa el monopolio de los alineadores y además que no es para nada sostenible. Solo fabricando en clínica los alineadores, el ahorro de energía, cartonaje, envíos, plásticos de envoltorio y alineadores no utilizados por refinamiento de fase hace mucho mas sostenible al dentista fabricante que a Invisalign, incluso usando alineadores de PUR o PET-g.
Para la formación de los dentistas que quieran empezar a realizar sus propios protocolos y fabricar los alineadores en clínica hemos diseñado un programa de formación intensiva de dos días de duración, donde se incluyen todos los pasos para conseguir los objetivos expuestos.
Si quieres mas información descárgate el PDF del programa del curso de alineadores in office
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