La ortodoncia digital está cambiando la forma en que los ortodoncistas y dentistas desarrollamos nuestro día a día en la clínica con los tratamientos a los pacientes.
Antiguamente se atendía en la recepción de la clínica a un paciente que requería de nuestros servicios. Una vez diagnosticado el problema de ortodoncia con la toma de modelos, fotografías y las radiografías, el paciente era citado para colocar los brackets y el primer alambre. Si al paciente se le diagnosticaba un problema con un determinado tipo de maloclusión, se instauraba un protocolo de tratamiento que desde la primera visita empezaba a trabajar. Posteriormente se concertaba la cita para la segunda visita y así sucesivamente. Los ortodoncistas plasmaban este protocolo en citas mas o menos prevista e incluso preveían el día en que iban a retirar el aparato. Nunca se cumplía.
Lo mas característico de estos antiguos tratamientos era la incertidumbre, que a pesar del protocolo tan exhaustivamente planificado era muy difícil de conducir adecuadamente. Un despegue de un bracket retrocedía el tratamiento un paso hacia atrás. Si el paciente fallaba a la cita otro paso y si encima existía una rotura de alambre el tratamiento resultaba interminable.
Con la implementación en la clínica del módulo temático de ortodoncia digital, aquella manera de practicar la ortodoncia está dejando de existir. Los cambios en la ortodoncia digital empiezan por la recepción del paciente. Ya existen muchas websites que permiten la subida de archivos, como fotos y radiografías del paciente, que facultan a realizar un diagnóstico rápido del paciente e incluso presupuestar un tratamiento de ortodoncia.
El segundo punto de diferenciación de la vieja ortodoncia con la ortodoncia digital se halla en el modo que se aborda el diagnóstico presencial. Los escáneres intraorales destinados para ello se van introduciendo lentamente en las clínicas dentales, que inician su conversión a clínicas digitales. Varios de estos aparatos llevan incorporado el software para desarrollar los protocolos clínicos digitalizados para realizar los tratamientos de la nueva ortodoncia por alineadores. Incluso algunos de ellos contiene la posibilidad de realizar una simulación de un final de tratamiento del problema a partir de una base de datos, aunque no sea fidedigno. El problema está primeramente en el precio excesivamente alto y segundo en la monopolio del software por el uso de la máquina como por ejemplo la exportación de archivo.
El tercer punto de diferenciación con la vieja ortodoncia se halla en los softwares para realizar los protocolos de diagnóstico para la ortodoncia con alineadores. Con los brackets metálicos es casi imposible conseguir una previsibilidad de los movimientos de ortodoncia adecuados a cada paciente. En cambio, con los nuevos softwares para alineadores, el ortodoncista puede mover los dientes como crea necesario. Nosotros usamos el ArchForm que nos permite instalarlo en todos los dispositivos de nuestra clínica o en nuestra propia casa. De esta forma, disponemos del programa tanto en el gabinete dental para comprobar los movimientos en cada visita como en el estudio digital para mostrarlo al paciente o en nuestra casa, donde proyectamos los protocolos mas detenidamente. Podemos informar en cada momento cómo se desarrollan las fases del protocolo al paciente desde el mismo sillón dental, que se visualiza en la pantalla del gabinete.
El cuarto punto de diferenciación se encuentra en la impresión de los modelos de 3D de los movimientos y el termoformado de los alineadores sobre los modelos impresos. Mientras que los ataches pegados en los dientes son los sustitutos de los brackets, los alineadores son los sustitutos de los alambres de ortodoncia. En la superficie activa de los ataches se plasma la interfaz entre alineador y diente. En el alineador se configura cada movimiento tal y como el dentista digital considera previsible.
Con el ArchForm tenemos la capacidad de imprimir los alineadores en nuestra clínica. Así nos permite abaratar los precios y realizar tratamientos a medida. No es necesario enviar los archivos escaneados a las compañías de software que han monopolizado el mercado hasta ahora. Permiten al dentista digital fabricar los movimientos de ortodoncia en la propia consulta, sin que se necesario que nuestros archivos atraviesen el Atlántico, aunque sea a través del cable. Todo queda en casa
En nuestra clínica se puede ver cómo realizamos la impresión en 3D, ya que tenemos una impresora en marcha constantemente, donde se puede observar este procedimiento. Incluso mostramos el proceso de termoformado en nuestro Laboratorio Digital.
Por último y no menos importante se halla la app individual que se le ofrece a cada paciente. La app debería de contener un video del protocolo individualizado del paciente, el estudio digital, la web o la posibilidad de la llamada de emergencia. La app debería de tener la capacidad de que los pacientes suban sus fotos del estado del tajamiento por lo menos cada dos meses, para no depender de las citas físicas solamente. Con esto se pueden espaciar las citas presenciales además de contener un archivo digital de la evolución del tratamiento. También un apartado para la realizar una sesión clínica en caso de que sea necesario mantener una cita telemática para compartir la evolución del caso en tiempo real.
En la app debería de aparecer el planing de tratamiento como un calendario para saber el número de alineadores que determinará el tratamiento. Este planing estará vinculado a las notificaciones push que recordarán el cambio de alineador en el tiempo previsto y la toma de fotos si es preciso.
Todos estos puntos definen el concepto de lo que yo he bautizado como el módulo telemático de ortodoncia digital (3D). Cada punto se desarrollará dentro de la idiosincrasia y la propia visión de cada clínica digital pero el resultado es el mismo, la implementación de la ortodoncia digital en la consulta.
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